Dienstag, 12. Juli 2011

Análisis del poema "viceversa" de Mario Benedetti

El autor del poema viceversa es de nacionalidad uruguaya. Él nació el 14 de setiembre del año 1920, y falleció el 17 de mayo del 2008. Benedetti perteneció a la generación de 45. Publicó varias obras literarias, tales como cuentos, novelas y poesía, hasta que murió a los 88 años.
 
El poema a analizar se trata y basa principalmente en contradicciones, por lo tanto titula viceversa. Por eso también en el poema cada frase del poema se opone a la anterior. Principalmente el poema se trata de un amor y anhelo hacía una mujer, lo cual podemos relacionar con el hecho de que Benedetti tuvo un solo amor en su vida. El poema cuenta con 4 estrofas constituidas por 7 sílabas en cada uno de sus versos, pero sólo en las primeras estrofas cuentan con rima consonante, y encontramos en ellas epifora, pues las últimas palabras en cada verso se repiten.

Además encontramos en el poema, en las 3 primeras estrofas gradación ascendente, pues el autor menciona que primero ve a su amor, luego lo halla y por fin lo oye. También hay antítesis en el poema, por ejemplo cuando el autor escribe:”tengo miedo de verte, necesidad de verte” (primer y segundo verso de la primera estrofa), lo cual indica que el autor no está seguro de lo que siente, o sea hay incertidumbre. Es muy notorio que el yo lírico es una persona muy indecisa, claramente no sabe lo que quiere y en realidad su amor hacía la mujer es una contradicción. Tiene miedo a tomar la decisión incorrecta o equivocarse. Aparte también hay encabalgamiento, el cual el autor usa para darle más énfasis e importancia al poema. El encabalgamiento que usa el autor es “estoy jodido y radiante”. Aparte que este encabalgamiento nos ayuda a reconocer que el protagonista del poema es masculino.
Nos damos cuenta entonces, que el yo poético no sabe lo que siente, y no está seguro, vive con dudas y en la incertidumbre. Menciona que anhela y ama a esa mujer, pero a la misma vez tiene miedo, o sea realmente está jodido. 

Pienso que es raro que Benedetti haya escrito un poema así, pues ya que tuvo una sola mujer, parece un hombre decidido y seguro de sí mismo y sus decisiones. Me hubiera esperado por lo tanto un poema más amoroso y romántico, que podría haber estado inspirado en su esposa.

Cuento indigenista- Suicidio como solución

Me despertaba por las mañanas por el ruido que causaban los soldados al vestirse. Mi padre era el general de un grupo de soldados que había armado su base cerca de un pequeño pueblo en los andes. Yo, un chiquillo de apenas 7 años, curioso como ningún otro, estaba orgulloso del trabajo de mi papá. Mi papá, un señor fuerte, pero de genio pesado era la persona que yo más admiraba. Podía pasarme horas escondido detrás de cajas llenas de alimentos, escuchando lo que la fuerte tropa tenía planeado por realizar al siguiente día. Sabía que algún día yo iba a estar en el lugar de mi padre, con el uniforme intacto y las botas lustradas, yo iba a ser la persona que tendría el poder sobre otros.

Un buen día desperté como toda la vida. El sonido de miles de botas caminando por el piso de cemento. Mi madre me vistió y juntos fuimos al pueblito. Mientras ella fue a recoger unas especias, yo me quedé sentado en la vereda, jugando con algunas pocas canicas. Vi de repente un niño de mi misma edad, pateando una piedra por la calle. De pronto una canica se me fue rodando. Para recogerla tuve que acercarme al indiecito que ahora ya había pausado su entretenimiento y se quedó viéndome como si fuera un extraterrestre. Inocentemente, ignorando las advertencias de mi señor padre, decidí saludarlo. A la hora que mi madre salió de la tiendecita, el indio y yo ya nos habíamos hecho amigos, combinamos nuestros juguetes y nos reíamos sin preocupaciones.

Mi madre, al ver mi nueva amistad, aceleró su paso, y, casi corriendo vino a jalarme del brazo, alejándome de mi nuevo amigo. Hasta mis canicas tuve que dejar. Sentía un fuerte dolor en mi pecho, había perdido mi primer y único amigo. Con lágrimas en los ojos y moco en la nariz me regresé al campamento de los soldados. Mientras mi madre preparaba alimento insípido para mi padre y algunos soldados, tuve que recibir una lección tras otra, no dejaba de renegar. Poco antes de que me mande a lavarme la cara, me dio una fuerte cachetada, mandándome a nunca volver a hablarle a un indio.

Pensé que ese día fue lo peor, pero aún no sabía que mi pesadilla estaba por empezar. Esta vez me desperté por la fuerte voz de mi padre que llamaba a mi madre. Josefina, acá te traje una chola. Los nuevos esclavos de mis padres eran mi amigo Paco y su madre. Me tardé muy poco tiempo en darme cuenta que Paco sería mi propio sirviente, y su madre pronto sería no solo la esclava, sino también la prostituta del ejercito.

Día tras día era testigo del abuso del que una vez había sido mi único amigo. Su madre era tratada como un animal por el ejército y mi padre. Comencé a depreciar al señor que tanto había admirado. Habían pasado meses de sufrimiento, no solo para los indiecitos, pero también para mí, cuando Paco y su madre entraron al comedor. La imagen de las dos criaturas sucias, con heridas, de cabellos grasosos y despeinados, era aterradora.

Lo que pasó en los últimos minutos de la vida de mi amigo, pareció pasar en segundos. La madre de Paco le gritó a mi padre, que ella no era un animal, que era un ser humano, cuánto odiaba a mis padres y que despreciaba cada una de sus acciones. Sin pensarlo más cogió un rifle que le había robado a uno de los soldados, disparó a Paco en la cabeza y segundos después se quitó la vida también. Había sido gente inocente, que murió por culpa de las bestias que eran mis padres.